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Caso de éxito. Tina

Tina, pastora alemana 9 años. Rosana adoptó a Tina cuando tenía un año, y desde entonces ha vivido con ella. Cuando la perra tuvo 4…

Tina, Pastor Alemán

Tina, pastora alemana 9 años.

Rosana adoptó a Tina cuando tenía un año, y desde entonces ha vivido con ella.

Cuando la perra tuvo 4 años contrató a un adiestrador para que le ayudase en la obediencia. Aprendió lo básico, pero en lo referente a la conducta no se trabajó.

Tina empezó a ser dominante y posesiva. Los paseos con ella eran difíciles porque si se acercaba alguien a su dueña se ponía agresiva para defenderla. Con el tiempo este comportamiento se convirtió en un problema mayor cuando Rosana tuvo dos bebés mellizos. Era imposible sacar a pasear a la perra y a los bebés a la vez, y sus largos paseos se resintieron. Tina cada vez salía menos y eso hacía que estuviera más estresada. A su vez, al ser una pastora alemana y estar genéticamente predispuesta a la guardia y protección de su “manada”, estaba todo el día alerta para defender a los bebés. Al principio, como estaban en el corralito y no andaba los controlaba con la mirada y los lamía. Los quería mucho y se sentía responsable de ellos, como si ella fuese su madre en lugar de Rosana. El problema se agravó al empezar cuando los mellizos empezaron a gatear y a andar. Tina los “pastoreaba” y les ladraba fuertemente para que no se salieran de su control ni de donde ella pudiera controlarlos, con lo que la situación se volvió insostenible.

Todo era un círculo vicioso que hizo que la calidad de vida de dueña y perra empeorase. Rosana no podía sacar a pasear a sus bebés con Tina a la vez por el peligro que le suponía frente a otras personas y perros y al no salir tanto como antes, la perra se estresaba y empeoraba. Ladraba con cada ruido y los vecinos empezaron a quejarse.

Rosana necesitaba controlar a la perra. Estaba desbordada por la situación.

Lo primero que hicimos fue llevarnos a Tina al centro canino para que cambiase de ambiente. Durante la primera semana no trabajamos con ella para que se adaptase al nuevo sitio y para que se comportase como un perro, simplemente un perro. Sin obligaciones de proteger y cuidar a los demás. Sólo jugar con el resto de perros durante todo el día y liberar su estrés al no tener que estar alerta a todo las 24 horas, como le sucedía en su casa. Una vez habituada al nuevo sitio empezamos a trabajar la obediencia, y completada ésta, hicimos la adaptación a su casa.

Tina en El Retiro

Tina ya está tranquila y obedece a las órdenes de Rosana. No está todo el tiempo detrás de ella ni vigilando a los bebés. Se queda tumbada descansando y ya no permanece alerta las 24 horas del día.

Otra prueba de su rehabilitación son los paseos a la vez que va con los bebés en el carrito. Todo un éxito. La gente ya se puede acercar sin problemas, sin que Tina se lance a defender y a atacar a la supuesta amenaza para su familia. Y en el parque, ya suelta, obedece a la llamada o a lo que se le pida.

Rosana paseando a sus bebés con Tina

Por fin todos pueden disfrutar de la vida en común. Rosana ya se siente segura de su perra y ella es mucho más feliz habiéndose quitado de la responsabilidad de proteger y defender a su familia, una tarea que se había echado a sus hombros y no le correspondía. Nosotros somos los que  tenemos que cuidar de nuestros perros y no al revés, y dar y recibir cariño a partes iguales.

Tina, pastora alemana

¿Quién dijo que no se puede adiestrar a un perro mayor? Tina, 9 años es todo un ejemplo.


Eva Ramos

Soy adiestradora certificada por la Federación Cinológica Española. En 2012 comencé con el proyecto de The Walking Dog y actualmente sigo profundizando en distintas áreas cinológicas.
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